“…TODOS LOS DÍAS CAMBIABA LA DISTRIBUCIÓN DE LOS COLORES. HOY SERÍA EL VERDE PARA JOSÉ CLAUDIO, EL NEGRO PARA ALBERTO, EL ROJO PARA ELLA. TOMÓ EL POCILLO VERDE PARA ALCANZÁRSELO A SU MARIDO, PERO ANTES DE DEJARLO EN SUS MANOS, SE ENCONTRÓ CON LA EXTRAÑA, APRETADA SONRISA. SE ENCONTRÓ ADEMÁS, CON UNAS PALABRAS QUE SONABAN MÁS O MENOS ASÍ: "NO, QUERIDA. HOY QUIERO TOMAR EN EL POCILLO ROJO."
“…TODOS LOS DÍAS CAMBIABA LA DISTRIBUCIÓN DE LOS COLORES. HOY SERÍA EL VERDE PARA JOSÉ CLAUDIO, EL NEGRO PARA ALBERTO, EL ROJO PARA ELLA. TOMÓ EL POCILLO VERDE PARA ALCANZÁRSELO A SU MARIDO, PERO ANTES DE DEJARLO EN SUS MANOS, SE ENCONTRÓ CON LA EXTRAÑA, APRETADA SONRISA. SE ENCONTRÓ ADEMÁS, CON UNAS PALABRAS QUE SONABAN MÁS O MENOS ASÍ: "NO, QUERIDA. HOY QUIERO TOMAR EN EL POCILLO ROJO."
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