Te libero de mí, de mis males,
de mi mal genio, de los domingos
por la tarde en donde nunca puedo más,
del odio a mis cumpleaños,
de no saber cómo hacer
para regalarte algo que no pierdas.
Te libero de mi desengaño,
de tu karma, de mis novedades,
de la contradicción que represento.
Te libero de mis llamadas
que te saben a autocompasión,
de mis enredos, de mi cabello suelto,
largo, sin peinar.
Te libero de mi consciencia,
del desconcierto a fin de mes,
de la caída, de la llegada,
de mi huida inevitable.
Te dejo libre para que me dejes,
para que me veas de lejos
y me quieras, menos.
fin
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